viernes, 28 de junio de 2013

OBJETIVOS DE LA SOCIOMETRÍA

OBJETIVOS DE LA SOCIOMETRÍA

La Sociometría persigue un fin en el campo de la educación: el conocimiento de la estructura social interna del grupo de alumnos. Pero este fin sólo se conseguirá, como en cualquier otro caso, mediante la adquisición de unos datos concretos que, en su conjunto, facilitan la visión global que se pretende. Datos cuya obtención constituye el objetivo primero de la aplicación del test sociométrico.

Así, los objetivos de la Sociometría educativa pueden concretarse en los siguientes:

1. Conocer el nivel de aceptación que un alumno posee en su grupo.

2. Obtener el grado de cohesión entre los elementos del grupo-clase: si están bien integrados o si, por el contrario, se organizan en grupos aislados unos de otros.

3. Localizar a los alumnos especialmente rechazados por los demás.

4. Localizar las estrellas o líderes en el grupo, que puedan servir como aglutinantes del resto de los componentes.

5. Localizar los sujetos aislados, que no registran elecciones de ningún tipo. Se observará su mayor o menor grado de integración relacionándolos con las elecciones o rechazos que ellos manifiestan.

6. Comprobar las consecuencias que la incorporación de nuevos sujetos tienen en ese grupo.

7. Observar el grado de aceptación social que puede tener un niño «muy estudioso» entre sus compañeros, no descuidando otros factores que influyan en su elección o rechazo. Determinar
la influencia que tienen algunos factores característicos (sexo, edad...) en las elecciones o rechazos de los miembros.

8. Analizar la repercusión que un líder o estrella tiene en el grupo.

9. Aplicar los datos obtenidos a la utilización de una adecuada metodología de trabajo en el aula.

Una vez conseguidos estos datos a través del test sociométrico y del estudio detenido del sociograma y psicograma resultantes, se tendrá la posibilidad, por una parte, de actuar sobre el grupo de manera efectiva y eficaz, con el fin de mejorar la relación social entre sus miembros, de lograr una fuerte cohesión en su estructura global; por otra, de ejercitar acciones dirigidas al grupo, pero con repercusión directísima en cada persona integrante del mismo, pues al producirse un desarrollo más completo de las personalidades individuales, se enriquecerá más con el trato estable y abierto hacia los demás.


Las técnicas de dinámica de grupos, por otro lado, ayudarán a ejercer esa necesaria acción posterior que, prácticamente, será necesario llevar a cabo en todos los casos.

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