OBJETIVOS DE LA SOCIOMETRÍA
La Sociometría persigue un fin en el
campo de la educación: el
conocimiento de la estructura social interna del grupo de alumnos.
Pero este fin sólo se conseguirá, como en cualquier otro caso, mediante la adquisición de unos datos concretos
que, en su conjunto, facilitan la visión global que se pretende. Datos cuya obtención constituye el
objetivo primero de la aplicación del test sociométrico.
Así, los objetivos de la Sociometría
educativa pueden concretarse en los siguientes:
1. Conocer el nivel de
aceptación que un alumno posee en su grupo.
2. Obtener el grado de cohesión entre
los elementos del grupo-clase: si están bien integrados o si, por el contrario,
se organizan en grupos aislados unos de otros.
3. Localizar a los alumnos
especialmente rechazados por los demás.
4. Localizar las estrellas o
líderes en el grupo, que puedan servir como aglutinantes del resto de los
componentes.
5. Localizar los sujetos
aislados, que no registran elecciones de ningún tipo. Se observará su mayor
o menor grado de integración relacionándolos con las elecciones o rechazos que
ellos manifiestan.
6. Comprobar las consecuencias que la incorporación
de nuevos sujetos tienen en ese grupo.
7. Observar el grado de
aceptación social que puede tener un niño «muy estudioso» entre sus compañeros,
no descuidando otros factores que influyan en su elección o rechazo. Determinar
la influencia que tienen algunos
factores característicos (sexo, edad...) en las elecciones o rechazos de
los miembros.
8. Analizar la repercusión que
un líder o estrella tiene en el grupo.
9. Aplicar los datos obtenidos a la
utilización de una adecuada metodología de trabajo en el aula.
Una vez conseguidos estos datos a
través del test sociométrico y
del estudio detenido del sociograma
y psicograma resultantes,
se tendrá la posibilidad, por una parte, de actuar sobre el grupo de manera
efectiva y eficaz, con el fin de mejorar la relación social entre sus miembros,
de lograr una fuerte cohesión en su estructura global; por otra, de ejercitar
acciones dirigidas al grupo, pero con repercusión directísima en cada persona
integrante del mismo, pues al producirse un desarrollo más completo de las
personalidades individuales, se enriquecerá más con el trato estable y abierto
hacia los demás.
Las técnicas de dinámica de grupos,
por otro lado, ayudarán a ejercer esa necesaria acción posterior que,
prácticamente, será necesario llevar a cabo en todos los casos.
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